Ayamonte - Introducción
Ayamonte es un municipio de la costa de Huelva con casi 21.000 habitantes. La ciudad de Ayamonte, núcleo principal de las poblaciones asentadas en su términco como Punta del Moral, Pozo del Camino e Isla Canela, se sitúa sobre la margen izquierda del río Guadiana a muy poca distancia de su desembocadura. Este paisaje, abrupto en su parte norte y llano conforme avanza hacia la costa es zona de marismas y esteros de gran valor ecológico. Al otro lado de la orilla, ya en Portugal, se ubican Castro Marim (a una latitud semejante) y Vila Real de Santo António ciudad que, más cerca de la costa, fue construida de nueva planta durante la segunad mitad del siglo XVIII a iniciativas del Marqués de Pombal.
La ocupación cristiana de Ayamonte en el siglo XIII supuso la remodelación de sus defensas tras el proceso de conquista reconfigurándose el castillo bajomedieval que llegara hasta el siglo XVI. A partir de este momento el desarrollo de la artillería debió traer consigo algunas adaptaciones y reformas en el sistema defensivo de Ayamonte, dando lugar la disposición de plataformas artilleras en el castillo y la disposición de baterías en la ribera del Guadiana como Las Angustias. A partir de 1580, tras la agregación del reino de Portugal a Castilla, Ayamonte pasó a formar parte de las defensas del litoral atlántico junto con Cádiz, Castro Marim, Tavira y Lagos.
Las actuaciones del siglo XVII sobre el enclave medieval se llevaron a cabo a partir del levantamiento portugués de 1640. Tras la conjura de 1641 del marqués de Ayamonte y del duque de Medina Sidonia, prontamente sofocada por el Conde-Duque de Olivares, es el duque de Medinaceli a quien se le encomienda la protección de esta frontera. El territorio fronterizo estaba totalmente abierto, de forma que sólo se contaba con las fortificaciones de Ayamonte y Sanlúcar de Guadiana, reforzadas un siglo antes sobre las antiguas fábricas medievales. Ninguna otra fortificación existía hasta Aroche, y la siguiente era el pequeño castillo medieval de Encinasola y el extremeño de Fregenal de la Sierra. En el Andévalo se incorporarían al control territorial no obstante algunos enclaves bajomedievales secundarios como Piecastillo, en El Almendro, y los castelos Malpique y Chico en la confluencia del Chanza con el Guadiana, término de El Granado. En la comarca serrana podían ayudar en segunda línea castillos como los de Torres, Cortegana y Cumbres Mayores.
La Guerra de Restauración portuguesa de 1640-1668 originó la renovación de las defensas ayamontinas para oponerse a las acciones que pudieran llegar desde Castro Marim o incluso desde la barra de la desembocadura del Guadiana. Si bien veremos que las iniciativas del Cuerpo de Ingenieros sobre el enclave durante el siglo XVIII fueron diversas, muy pocas fueron las realizadas, llegando únicamente hasta nuestros días algunos restos del periodo 1666-1668, años en los que se acometieron las obras más importantes sobre su castillo.
El posterior traslado hacia el sur del centro de gravedad de las actividades de esta zona debido a la construcción de Vila Real de Santo António hizo que a partir del segundo tercio del siglo XVIII el valor estratégico de las defensas ayamontinas se viera muy disminuido. El proceso análogo que pudiera haberse dado en esta margen del río se vio dificultado por la existencia de terrenos de marisma los cuales sólo pudieron ser colonizados a partir de los añs 70 del siglo pasado.
La obsolescencia de la función militar, la escasa calidad de las fábricas y un agresivo proceso de renovación urbana han hecho que los restos de la arquitectura defensiva de Ayamonte sean escasos.