Puebla de Guzmán - Estado actual
La arquitectura defensiva de Puebla de Guzmán está constituida por un fuerte abaluartado empezado a construir a finales de 1645 con motivo de la Guerra de Restauración portuguesa alrededor de la iglesia parroquial, siendo posteriormente modificado a mediados del siglo XVIII.
El estado en que nos llega la fortificación a nuestros días corresponde al de unos restos de cortinas y baluartes que se adivinan enterrados bajo la urbanización de los alrededores de la iglesia parroquial. De las murallas apreciamos aún la existencia de un tramo de cortina con alzado completo que forma parte del fondo del patio de las Antiguas Escuelas y lo que suponemos, a falta de trabajos arqueológicos que lo corroboren, los restos del flanco este y oeste de los baluartes suroeste y sureste respectivamente. Entre ambos baluartes, apoyado en la cortina sur, se construyó en el siglo XIX el cementerio de la localidad.
Aparte de ello, los elementos que mejor se han llegado a nuestros días son el presbiterio fortificado de la iglesia parroquial, con su terrado y escalera de subida en caracol, unas construcciones cercanas al mismo provenientes de las reformas militares de mediados del XVIII y dos pabellones adosados al muro de mediodía del templo, todos ellos abovedados.
La recuperación del enclave pasaría a nuestr juicio por levantar los pavimentos de la urbanización a la que nos hemos referido (cuyos muros de contención, escaleras y pretiles están ejecutados seguramente con los materiales provenientes del desmontaje de las murallas a mediados de la década de los 60 del siglo pasado) y comprobar el desarrollo de la traza de la fortificación mediante una cuidadosa metodología, consolidando los restos e integrándolos todos en un espacio cultural coherente y visitable. Los pabellones abovedados a los que nos hemos referido antes merecen una especial atención para preservar, y en algún caso recuperar, la formalización que supuso su primitiva función militar. Completar el recorrido alrededor del templo por detrás de su presbiterio, actualmente impedido por la existencia de unas tapias, sería también deseable para, poco a poco, acercarnos a un estado satisfactorio de conservación puesta en valor de esta fortificación.
