Encinasola - Introducción
Encinasola es una población de casi 1.500 habitantes que pertenece a la comarca de la Sierra de Huelva y está situada en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, sobre el valle del Múrtigas. El municipio limita al este con Cumbres de San Bartolomé y el extremeño de Fregenal de la Sierra, al norte con los también extremeños Oliva de la Frontera y Jerez de los Caballeros, al sur con Aroche y al oeste con Portugal, siendo la lusa Barrancos la población más cercana, a tan sólo 8 kilómetros.
El territorio de Encinasola se sitúa en uno de los vértices del área conocida como Dehesa de la Contienda. El aprovechamiento económico de esta zona venía siendo mancomunado desde su conquista cristiana en el siglo XIII, siendo los concejos de Encinasola, Aroche y la portuguesa Moura quienes lo detentaban. Esta situación permaneció así hasta el acuerdo fronterizo que para esta zona firmaron España y Portugal a finales del siglo XIX.
Por otro lado, Encinasola formó parte a partir del siglo XIII, junto con Aroche y Fregenal de la Sierra, de la primera faja defensiva de la banda gallega, zona de protección del antiguo reino de Sevilla que se materializó en un plan de construcción de castillos en numerosas poblaciones de la comarca serrana para oponerse a las pretensiones territoriales de las órdenes militares y favorecer la repoblación de este territorio. Los restos del castillo medieval de Encinasola, rodeados hoy por el caserío, son testigos de estos hechos y también de los conflictos fronterizos que a finales del siglo XV se adueñaron de esta zona debido a las disputas por la sucesión de la corona de Castilla.
Con el inicio de la Guerra de Restauración portuguesa Encinasola se encuadró en la denominada Frontera de Sevilla, de la cual formaba parte junto con Aroche y Fregenal de la Sierra, esta última extremeña y de la cual las dos primeras dependieron militarmente. Permanece pues la función defensiva de la primera faja de la antigua banda gallega, pero trasladada cuatro siglos en el tiempo. El levantamiento portugués de 1640 produjo un enfrentamiento generalizado en esta zona a base de escaramuzas a ambos lados de la frontera, dejando las confrontaciones más duras a la Frontera de Extremadura, donde las plazas de Badajoz y Elvas fueron las principales. En esta parte, los conflictos entre Encinasola y Moura , además de enclaves portugueses menores como Santo Aleixo o Safara fueron continuos.
En todo caso las correrías de la caballería desde y hacia las poblaciones a uno y otro lado de la frontera instauraron en la zona un verdadero clima de terror sicológico. La necesidad de defender esta localidad trajo consigo la construcción de dos torres artilladas para vigilancia de la villa. A levante se erigió la conocida como Torre de San Felipe y a poniente la de San Juan, siendo ésta rodeada a continuación por un fuerte de planta estrellada con cuatro puntas.
Estos hechos, y otros tantos de encuentros y desencuentros, nos dan idea del carácter fuertemente fronterizo del territorio de Encinasola, alternándose periodos de paz y de conflictos en función de los intereses de ambas coronas, aunque siempre subyaciendo unas relaciones sociales y económicas que ligaban estrechamente a los habitantes españoles y portugueses de ambos lados de la raya.