Puebla de Guzmán - El enclave
La fortificación de Puebla de Guzmán obedeció al empeño del duque de Medinaceli en situar una plaza que sirviera de apoyo a Paymogo y ayudara a cerrar una frontera muy abierta que desde el mismo inicio de la confrontación portuguesa había recibido numerosos ataques. El Maestre General de Campo Francisco de Rada ya informaba en 1645 que la caballería lusa acuartelada en Serpa y Moura había realizado incursiones robando ganado y las tropas españolas poco pudieron hacer para impedirlo ya que ni siquiera las de Paymogo, que les salieron al encuentro en el vado del Chanza, pudieron recuperar lo robado.
Desde Puebla se solicitaba insistentemente que se construyera una fortificación en la villa debido a que era objetivo fácil y no podía recibir apoyo de Paymogo, la cual todavía estaba construyendo su propio fuerte. El peligro de despoblamiento de la zona y la necesidad de cerrar esta parte de la raya hizo que el duque destinara los dineros de la corona a la fortificación de Puebla de Guzmán en detrimento de la plaza de Gibraleón, preferida por la Junta de Guerra.
Para resolver sobre este asunto fue llamado a Sanlúcar de Barrameda el capitán del ejército en Ayamonte Juan Bautista Corbachino, quien se desplazó allí en 1645 cayendo enfermo y falleciendo finalmente. El duque se inclinó entonces por enviar a la frontera a Gerardo de Coen, ingeniero en Cádiz, pero no debió hacerlo ya que no tenemos noticias al respecto. Vista la situación el duque debió asumir como propia la empresa de Puebla de Guzmán y envió a Puebla al barón de Santa