Sanlúcar de Guadiana - Estado actual
En marzo de 2012 comenzaron las obras de conservación y puesta en valor del fuerte de San Marcos. El enclave que nos llegó hasta el comienzo de las obras había conservado bastante bien la traza de sus diferentes elementos, si bien el desmontaje de las cubiertas y elementos de ladrillo y carpinterías por parte de la población a partir de mediados del siglo pasado aceleró el proceso de degradación de sus fábricas de mampostería. Los trabajos arqueológicos corroboraron el origen medieval del enclave sin descartar elementos que pudieran pertenecer a épocas anteriores pero cuyos rastros o permanecen ocultos o han sido destruidos por las sucesivas adaptaciones que la fortificación ha debido experimentar para adaptarse a los efectos de la evolución de la artillería
La superposición de estructuras es la característica de la arquitectura defensiva, en la que muros y plataformas se recrecen, amplían, forran y montan sobre elementos anteriores dando como resultado una realidad compleja. Las obras actualmente en curso están consolidando las fábricas que han llegado a nuestros días, conservando asimismo pavimentos empedrados y renovando revestimientos de cal, restituyendo volumétricamente algunas construcciones perdidas y recuperando el glacis, estructura defensiva de tierra apisonada más allá del parapeto del foso que, por sus características, no ha llegado hasta nuestros días.
La actuación se completa con la dotación de su cuartel de la tropa como Centro de Interpretación de las Fortificaciones Abaluartadas de la Raya con Portugal, en el que el visitante recibirá información tanto del fuerte de San Marcos como del significado que supone el sistema patrimonial de la arquitectura defensiva de frontera, sistema que se pone además en relación con los otros dos de la provincia de Huelva: la banda gallega (siglos XIII-XIV) y las torres almenaras de la costa (siglos XVI-XVII)
Sobre el baluarte de San Gerónimo, hoy día rodeado de edificaciones, se han establecido las cautelas necesarias para evitar que su integridad se vea afectada por la evolución de la trama urbana próxima.
Los restos de la antigua torre de la Talaya y del emplazamiento de la batería del XVIII permanecen aún visibles en la falda del cerro, siendo elementos imprescindibles a considerar para la comprensión del paisaje cultural de este enclave.