Encinasola - El enclave
comunicados con la población mediante sendos caminos cubiertos, lo cual aumentaría la potencia de fuego de estos enclaves, pasando de ser meros elementos de vigilancia a fortificaciones de mayor entidad. El único fuerte que se construyó finalmente fue el que rodeó la Torre de San Juan. Contaba con un foso, hoy desaparecido, y el acceso lo salvaría con algún portón levadizo o pasarela desmontable.
Es bastante probable que este fuerte también fuera diseño de Médicis quien, tras su muerte en 1646 en la batalla de Telena, fue sustituido en el cargo por Antonio Pimentel el cual se hizo cargo de la finalización de las obras y del artillado de las defensas, terminándose éstas en lo fundamental a finales de 1647, aunque seguramente no se remataran hasta 1650.
A pesar de la construcción de estas defensas, la caballería portuguesa acuartelada en Santo Aleixo y Safara seguía con sus incursiones de forma que el cabildo intentó crear, si bien inútilmente, una compañía de caballos que devolviera las correrías a los portugueses con la misma estrategia, la única capaz de controlar un territorio tan abierto.
La actuación del Cuerpo de Ingenieros durante el siglo siguiente fue escasa. Las torres y el fuerte estrellado habían quedado desatendidos, proceso que también debió afectar al castillo medieval. En todo caso Encinasola fue uno de los enclaves para el que se diseñó un cuartel de caballería para 50 caballos, proyecto del ingeniero Gerónimo Amicy de 1740 como parte de un plan de construcción de 19 cuarteles para la frontera de Andalucía. El cuartel se situaría en el patio del castillo medieval, adaptándose a la forma del recinto y separándose de las murallas para permitir la funcionalidad de éstas y la ventilación de las propias estancias. El cuartel se organizaba en forma de U cerrada disponiendo una de las alas para la estabulación de los caballos, la simétrica para la tropa y la central, la única en dos plantas, para oficiales y servicios comunes. El proyecto no se llevó finalmente a cabo, como ninguno de los del citado plan, pero nos avisa sobre la idea que el Cuerpo de Ingenieros tenía para esta zona, que era la de defenderla mediante la creación de campos volantes con caballería, única forma de controlar un territorio tan abierto como éste. Las recomendaciones que el ingeniero Antonio de Gaver hiciera en 1750 iban en el mismo sentido, pero tampoco consi-