Puebla de Guzmán - El enclave
Cristina, militar al que le suponemos menores conocimientos en el arte de fortificar que los dos anteriormente citados.
En 1666 el barón enviaba al duque un plano de la fortificación, que por entonces estaba muy avanzada, a falta de algunas defensas exteriores. Las condiciones en las que se llevaron a cabo estas obras fueron muy penosas, proveniendo los fondos de las propias pagas de los soldados. También resultó una construcción hecha en cierto modo a espaldas de la corona quien al final tuvo que aprobarla ante la política de hechos consumados del duque. No sabemos en qué medida su petición de 1666 para artillar la fortificación con cuatro piezas de a ocho libras, cuatro de a cuatro, dos de a tres y pertrechos para 400 hombres y 150 caballos fue atendida, aunque la realidad fue que dos años más tarde se firmó la paz con Portugal.
La traza y las obras que ejecutó el barón de Santa Cristina no parece que fueran de gran calidad. El perímetro contaba con cinco baluartes si bien de diseño y disposición poco ortodoxos, situando el enclave defensivo alrededor de la iglesia parroquial (de igual forma que se hizo en Paymogo) pero con escaso ámbito de maniobra interior y una escasa calidad en la ejecución de las fábricas. Así al menos lo dictaminaba el ingeniero Octaviano Menni en su informe de 1669 sobre las plazas de la frontera.
Como en el resto de las plazas, no es hasta 1725 cuando tenemos nuevos datos sobre sus fortificaciones. En este año el Cuerpo de Ingenieros reconoce la frontera y el ingeniero Martín Fovet, al igual que hiciera sobre otras, nos ofrece el estado en que se encontraba el fuerte de Puebla de Guzmán. La conocida por los portugueses como Alquería de Juan Pérez o de la Puebla contaba por entonces con más de 800 vecinos y todavía recordaban las correrías realizadas por el vecino luso durante los conflictos de 1708 debido a la Guerra de Sucesión. En todo caso a Fovet le parecía que la situación de Puebla de Guzmán esta territorialmente estratégica a tenor de ser nudo de comunicaciones en la red de caminos que cruzaban el Andévalo. El servicio que podía prestar la fortificación construida en el siglo anterior era escaso debido a su falta de funcionalidad y lo