Ayamonte - El enclave
uno á tiro de Fusil llamado cerro de las Animas y otro á tiro de cañón de punto en blanco llamado el Almendral [...]. Por la pequeñez del castillo es defectuosa mediante que carece de aquella excelencia de lo inaccesible ó travajosamente accesibles que suelen ser algunas otras pequeñas Fortalezas, assi por lo rudo de las subidas como por lo dilatado, y escabroso de ellas, como sucede en Sn. Lucar de Guadiana seis leguas rio arriva; siendo todo lo contrario lo que acontece en Ayamonte, [donde] ni la subida es dilatada, ni el terreno de sus inmediaciones dexa de ser bien practicable respecto que por la mayor parte todo él es docil ál Arado teniendo también la nulidad de que tampoco permite estender ni ampliar las Fortificaciones por el excesivo gasto que causaria meterse con la obra en las pendientes que no corresponde á la ventaja que con esto se lograria abanzandose algo mas."
Esta situación de precariedad debió ser la que determinó que el ingeniero jefe Antonio de Gaver encargara a Antonio Hurtado en 1776, dos años después, unos proyectos para la renovación de todas las fortificaciones de la plaza de Ayamonte y una batería en Canelas.
La propuesta de Hurtado sobre el castillo plantea una opción en la línea del segundo proyecto de Gaver de 1756. La extensión de la fortificación sería pequeña con un perímetro muy adaptado al antiguo recinto del castillo, respetando la ubicación del hornabeque del Socorro y presentando el flanco más defendido de las alturas que lo rodeaban por el sureste. Todo lo que se quisiera extender la fortificación con su perímetro u obras exteriores suponía un coste demasiado elevado frente a la escasa ventaja que podría aportar y sobre todo a la opción de rebajar las alturas de los cerros próximos. El otro flanco del castillo, el enfrentado al río, sólo tendría que defender sus propios muros dado lo escarpado del terreno, por lo que no necesitaba de grandes medios ni extensión.
"... Uno de los puntos esenciales de este Proyecto es enmendar los defectos del terreno inmediato á la fortificación sin cuya circunstancia nunca puede quedar bien por más que se haga..."
De este modo se proponía rebajar 24 pies el cerro de las Ánimas para evitar tanto su dominio