Sanlúcar de Guadiana - El enclave
donde además el tráfico transfronterizo de personas y mercancías era abundante por lo que a los anteriores se le sumó el de control aduanero. El acceso principal se localizaba en un recodo del lienzo sur del recinto, mientras que en el extremo oriental del lienzo norte se encontraba una poterna. Ambos accesos serían cegados por obras posteriores. Por otro lado, la distancia y la cota que separan el lugar de emplazamiento y la población hicieron aconsejable la construcción a medio camino de un puesto secundario de vigilancia que permitía descubrir mejor el curso próximo del río aguas arriba, y que en fuentes posteriores se denomina fuerte de la Talaya.
La creación del marquesado de Gibraleón a mediados del siglo XVI fue la causa más probable de la modernización de las estructuras medievales para hacerlas efectivas ante un eventual ataque, el cual emplearía la artillería habida cuenta del desarrollo que este arma había alcanzado por entonces. La transformación se basó en el forrado y superposición de murallas y torres, consiguiendo muros de mayor espesor y torres que pasaron de ser de planta cuadrangular a circular, las denominadas torres-cubo. La disposición de estos elementos fue característica en los modelos de transición entre el castramento medieval y la fortificación abaluartada, y en España viene a ocupar desde los últimos años del siglo XV hasta mediados del siglo XVI. Las torres así dispuestas, mucho más adelantadas a las murallas que las cuadrangulares medievales, conseguían emplazar mejor la artillería propia, batiendo mejor el territorio y defendiendo también los propios muros ante la eventual llegada del enemigo hasta sus bases, quedando en un ángulo muerto que la artillería no conseguía descubrir a no ser que se flanqueara desde posiciones laterales.
En el caso del castillo de San Marcos lo que se hizo fue forrar las torres cuadrangulares de las esquinas para conseguir las torres-cubo, de traza más moderna, y demoler las situadas en los tramos medios de las murallas (así se procedió al menos en su lienzo norte), porque los muros podían flanquearse ya desde posiciones más lejanas, como era el caso de las torres-cubo de las esquinas, habida cuenta del mayor alcance que suponía el empleo de la artillería defensiva para ello. El trazado de la fortificación de mediados del XVI siguió aproximadamente la forma y extensión del castillo bajomedieval ya que el aprovechamiento de sus estructuras era la forma más razonable de